El arco completo Planeta de Simbiontes.
PUEDE CONTENER SPOILERS.
Para comenzar este número, hemos de remontarnos al Guardianes de la Galaxia #17 en el cual veíamos a un Veneno prófugo que no salía a la luz en las calles de Sapiencial pese a que los Guardianes lo estaban buscando.
La cosa quedó ahí, Veneno permaneció perdido durante las siguientes tres entregas en las cuales se desarrollaron los eventos de Pecado Original y se resolvía la cuestión de Nova. Pero ahora es el momento de que los Guardianes busquen a su compañero perdido de nuevo.
Nos encontramos con un Flash perdido, errático y violento, poseído por el simbionte y adoptando unas formas desconocidas hasta el momento (ver más abajo). Decide ir a la armería de Wrapje, el cual parecía saber de su simbionte cuando tiempo atrás fue a esa misma armería con Drax (Guardianes de la Galaxia #14). Pero llega Gamora, y empieza la fiesta.
Al final, el simbionte, que no podía ser controlado, es vencido gracias al aparato que Tony Stark le dio a Star-Lord en Guardians of the Galaxy FCBD 2014 (Guardianes de la Galaxia #20) cuando se incorporó al grupo Agente Veneno, ''por si las moscas''.
Pues un problema solucionado, cogen la nave, y se van de allí antes de armar más escándalo.
Flash está en cama, agotado y enfermo, debido al simbionte. Mientras, el resto del equipo debate sobre qué hacer con el simbionte y su dueño. Para más inri, el simbionte no para de agitarse dentro de la cápsula que lo contiene, y fatídicamente, nuestro querido Groot se acerca...
¡YO SOY VENENO!
A partir de aquí comienza lo que podemos denominar un ''Tú la lo llevas'' (el bicho, claro). En el cual Mapache y luego Drax lo acaban portando mientras que el resto del equipo se debate para sobrevivir a los ataques. Al final, el Drax Veneno acaba ganando la pelea y dirige la nave al Planeta de los Simbiontes.
No confundir con el arco de Spiderman con el mismo título, ya que era un planeta dominado por los simbiontes, no su planeta de origen como en este caso. Es muy interesante la retrocontinuidad que plantea, creando una nueva mitología en torno a los simbiontes, que en realidad es una raza alienígena conocida como los Klyntar. Y no, no son aliens psicópatas, parásitos de sus portadores, más bien todo lo contrario, aquello que convierte al hombre benigno y compensado en el guerrero ideal, mas al estar alejados de su planeta y dañados, o asimilados por portadores viles, su cometido puede verse tergiversado (véase Matanza).
Eso es en esencia lo que nos cuentan, a través de los Guardianes, ya que por sí solos no se pueden comunicar. Pero aún hay más cosas, por lo que merece la pena leerse el Guardians of the Galaxy #23.
Y como colofón, Flash, respetado por los Klyntar, recibe de estos un nuevo simbionte, completamente funcional y benigno, preparado para cualquier localización. Tenemos cambio de imagen para Agente Veneno.
Un arco bastante entretenido, y que ayuda a crear más trasfondo al personaje de Flash, lo que le ayuda a ser más querido por los que somos fans de los Guardianes y no conocemos a este personaje.
Pero hay más, y es que algo pasa con Star-Lord y la necesidad de un presidente nuevo en Spartax...
Pasemos a lo artístico, Tres números, dibujados íntegramente por Valerio Schiti, exceptuando algunas páginas de Guardianes de las Galaxia #22 (en las que aparece Capitana Marvel), que son dibujadas por nuestro compatriota David López, actual dibujante de las aventuras en solitario de Carol Danvers. Solo hablaré de la labor de Schiti (ya que David apenas dibuja). He de decir que estoy muy contento con la estética que le aporta a la serie, y su estilo. Me gusta como dibujante de los Guardianes y espero seguir viendo sus bonitos dibujos aquí por mucho tiempo. Me está gustando al mismo nivel que Pichelli... Lo cual dice mucho.
D'ast!